La Iglesia de Santiago , ubicada en la plaza del Raso, es uno de los templos más emblemáticos de la ciudad. Su construcción comenzó a principios del siglo XVII, con el objetivo de reemplazar el antiguo templo de Santiago El Viejo, situado junto a la muralla. La iglesia fue diseñada por Fray Ginés de la Madre de Dios, y en su edificación participaron destacados arquitectos como Juan de Urruela y los hermanos Juan y Santiago Raón, este último también responsable de la fachada de la Catedral de Calahorra.
El templo fue terminado por José Raón, hijo de Santiago, y en su interior se aprecian diversas fases constructivas. Entre 1739 y 1756, se añadieron las capillas del crucero, y entre 1778 y 1782, Santos Ochandátegui construyó la imponente fachada y la torre.
La fachada de la iglesia es un claro ejemplo de la mezcla entre el barroco y el neoclasicismo. Es austera, pero de gran elegancia, con una hornacina de medio punto en el centro que alberga una imagen de Santiago Apóstol, rodeada por un frontón curvo. La torre, que se eleva sobre el centro de la fachada, presenta una estructura cilíndrica con pilastras de capitel jónico, rematada por una cúpula y linterna que coronan el conjunto.
El interior de la iglesia es una majestuosa obra del barroco. De planta de cruz latina, el templo está compuesto por tres naves de la misma altura. Entre los contrafuertes se abren capillas, y en los brazos del crucero se encuentran dos capillas cruciformes, cubiertas con cúpulas sobre pechinas, lo que otorga al espacio una gran amplitud y luminosidad.






